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Si no hay planes en tu vida, la vida los hará por ti

Si no hay planes en tu vida, la vida los hará por ti

¿Tiene tu vida sentido y un propósito, o vives una vida sin sentido?

Ya estamos en diciembre ¡otra vez! Muy pronto comenzarán a “martillearnos” con lo del año nuevo, y con eso de que si ya has hecho propósitos para el nuevo año o no.

Luego, en enero, nos volverán a hablar de por qué en diciembre hacemos buenos propósitos y a mediados de enero ya nos hemos olvidado de ellos. Y nos volverán a explicar (otra vez) por qué ocurre, por qué somos tan “flojos”, o perezosos, o miedosos.

Nos ofrecerán explicaciones “científicas” de que el cuerpo es débil, y de que la mente también lo es, como si no lo supiésemos ya. Vamos, que nos darán unas cuantas razones más o menos válidas para nuestra propia autocompasión y justificación, pañitos calientes para auto consolarnos por nuestros fracasos.

Pero no voy a hablar del fracaso en los propósitos, sino del fracaso en la vida.

¿Duro? Tal vez, pero la que sí es dura de verdad es la vida. La vida no te deja pasar una, la vida no perdona. Lo que tú le das, te lo devuelve multiplicado. En la siembra ocurre igual, pones una semilla en la tierra y crece una planta llena de frutos. Y si no pones nada, “nada” es lo que te da para comer, hambre, así de simple.

Y es que, una vida llena de pequeños fracasos acaba configurando una vida fracasada, un fracaso total.

De la misma forma, una vida llena de pequeños éxitos acaba configurando un éxito grande, una vida exitosa.

Y tanto el fracaso como el éxito, se puede planificar.

Planificar el fracaso es muy sencillo, ni siquiera tienes que hacer nada, solo dejarte llevar. Esperar que la vida se ocupe de traerte, “porque tú te lo mereces”, un éxito detrás de otro. Solo hay que sentarse a esperar. Claro que esta opción tiene un riesgo muy elevado, ¿no te parece?

Planificar el éxito no es tan difícil como parece. De hecho, es bastante sencillo. El problema o la razón por la que apenas nadie lo hace, es porque “éxito” es solo una palabra, algo indefinido, abstracto, ambiguo y, por lo tanto, inalcanzable.

El éxito, dicho así, no significada nada. Si preguntas a varias personas qué significa el éxito para ellas podrás observar dos cosas:

  1. Responden con cosas bastantes intangibles, genéricas o abstractas: cosas como tener dinero, tener salud, tener un buen trabajo, no tener problemas…. Pero no concretan qué, ni cuánto, ni cómo. Y, evidentemente, no se pueden hacer planes para lograr “no se sabe bien qué”. Es como pretender “ser feliz”
  2. Por otra parte, si insistes en que concreten y cuantifiquen, en que sean más específicos en sus deseos, observarás que cada persona desea cosas diferentes.

Hay una base común, cierto, pero cuando ahondas un poco, los sueños y expectativas de cada persona son diferentes, incluso en la suma de dinero que cada uno desea. Mientras unos se conforman con “poco” (ves a saber cuántos miles o millones son poco), otros desean más.

Y tú, ¿qué deseas?, ¿Qué significa alcanzar el éxito concretamente para ti?

Te sugiero que cojas ahora, en este mismo instante, una hoja de papel y un lápiz y que lo escribas. Escribe todo aquello que deseas, todo. No pienses ni te “recortes” a ti mismo, solo escribe.

Otra de las cosas por la que la mayoría de las personas no alcanza el éxito en su vida, además de no haberlo definido “específicamente” se debe a que al usar esa palabra “éxito” suena a cosas muy grandes, solo al alcance de unos pocos. Y claro, eso da miedo. Da miedo el intentarlo (por la dificultad y el esfuerzo) y da más miedo aún el presumible fracaso (por la frustración que conlleva)

Así que, te propongo un cambio, substituye la palabra éxito por la de “logro”

Un logro es algo que te propones y consigues, o logras. Puedes lograr cosas grandes, como acabar un doctorado o subir el Everest, pero también puedes lograr cosas pequeñas, como ser puntual mañana por la mañana o bajar medio kilo de peso.

Tal vez lo primero no sea fácilmente alcanzable, pese a serlo, pero no me negarás que los logros pequeños están al alcance de cualquiera.

Con cierta frecuencia realizo un ejercicio con mis clientes que, si bien puede originar cierta frustración inicial, es también una toma de conciencia que tal vez pueda marcar un punto de inflexión, un inicio del cambio.

¿Jugamos?

Vale, toma otra hoja de papel y el lápiz y responde a las siguientes preguntas:

  1. ¿Cuál es el logro más grande de mi vida?
  2. ¿Cuál es mi mayor logro en los últimos 10 años?
  3. ¿Cuál es mi mayor logro en los últimos 5 años?
  4. ¿Cuál es mi mayor logro en el último año?
  5. ¿Cuál es mi mayor logro en el último trimestre?
  6. ¿Cuál es mi mayor logro en el último mes?
  7. ¿Cuál es mi mayor logro en la última semana?
  8. ¿Cuál fue mi mayor logro ayer?
  9. ¿Qué pretendo lograr mañana?

Ya te he avisado que podría resultar frustrante. He visto a mucha gente de cierta edad mirarse las manos y ver que, tras una vida de dura lucha, estaban vacías, que apenas habían logrado nada destacable durante toda su dilatada vida.

Claro, te consuelas diciendo que tu salud no está tan mal, o que tienes a tus hijos y familia, o lo que sea que cada uno tenga. Pero resulta que eso no son logros. Y no es que no tengan valor y sean cosas realmente importantes, no, me refiero a que un logro es algo que tu deseas, visualizas, planificas, te esfuerzas, haces, y lograsEsfuerzo y acción son necesarias e imprescindibles.

Hay una relación directa entre el sacrificio por conseguir algo y la satisfacción por lograrlo.

A mayor esfuerzo, tiempo y sufrimiento, mayor es la sensación de logro, de triunfo y de éxito.

Así que, si tú eres de los que desean lograr cosas, si quieres una vida en la que tú decides lo que deseas y lo que no, si quieres ser el protagonista de tu propia vida, si quieres ser el director de tu obra, si quieres elegir conscientemente en lugar reacciona a la vida inconscientemente, mira, esta es la ruta, este es el camino:

  1. Define concreta y específicamente qué quieres lograr y cuándo. (No te limites, no importa lo grande que eso sea)
  2. Si es muy grande, en tamaño, en dinero o en tiempo, fija objetivos más pequeños y alcanzables para el próximo año. Luego ya iras fijando el resto, como si estudiaras una carrera.
  3. Una vez hecho, trocea los objetivos en cosas más pequeñas. Fija las metas a lograr el mes que viene. No olvides que deben ser específicas o SMART.
  4. Ahora toma hojas (mucho mejor si usas hojas de metas) y desarrolla tu plan. Haz una lista de acciones que te llevarán paso a paso a logar tu meta. Pon a cada acción una fecha, o pasarán los años sin que ni tan solo hayas comenzado.
  5. Lleva todas esas acciones a tu planificador o agenda, a su día correspondiente. Y pon a cada acción la hora concreta en que la harás. Definir una hora específica previene la procrastinación.
  6. Diseña un sistema de seguimiento de tus metas. La mejor forma, la más visual, es una gráfica.

¿Te das cuenta? ¡Ya está, tienes objetivos y un plan!

Ahora viene la parte más difícil: ¡hay que hacer! Créeme, decir es fácil, tener intención de hacer, también, pero entrar en acción ya es otra cosa. No es que sea extraordinariamente difícil, pero resulta más sencillo rendirse, no hacer. ¿Estás de acuerdo?

Así que te añado dos nuevos puntos, ayuda extra por si la necesitas:

  1. Si tus logros y tu vida valen la pena, usa una buena herramienta, cómprate el Planificador personal o profesional GTM System, está diseñado para esto.
  2. Y ven a uno de nuestros talleres y aprende a manejar la herramienta, a fijar y desarrollar metas, a planificarlas y a lograrlas.

Pero con todo eso, no vayas a pensar que te resultará sencillo. Una herramienta es solo eso, una herramienta. Usarla depende de ti. Hay que hacer lo que hay que hacer, lo planificado. Y no hace falta que te explique la gran diferencia que hay entre lo que uno dice o escribe que va a hacer y lo que realmente hace ¿Estás de acuerdo?

Así que, si el problema real para que logres tus metas eres tú, está claro que no puedes viajar solo, que necesitas un guía, un acompañante.

Me necesitas a mí, me dedico a eso, este es mi oficio, soy entrenador personal en los negocios y en la vida. O un sherpa, un mentor o compañero de viaje, como prefieras llamarlo.

Recuerda, si no hay planes en tu vida, la vida los hará por ti. ¿Quieres eso?

Pues llámame ahora.

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Fermín Lorente

Fermín Lorente

Experto en mejorar RESULTADOS EMPRESARIALES. Formador en organización empresarial y en liderazgo. Fundador de New Deal.

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