Frecuentemente escuchamos en televisión cosas como “persigue tus sueños” o “consigue tus metas”.
En la vida real (es algo comprobable) la gente quiere cosas, generalmente poco definidas, o tiene ensoñaciones, bastante más difusas que sueños concretos, más bien del tipo “si me tocase la lotería…”
Pocos son los que tienen auténticos objetivos y metas. En su empresa y en su vida.
Me refiero a objetivos y metas SMART, ya sabes, específicas, medibles… En fin, cosas concretas que lograr.
Y aún son menos los que, tras un objetivo y sus correspondientes metas, desarrollan los planes de acción en acciones detalladas con día y hora de ejecución. Acciones concretas que llevar a la agenda.
Como alguien sabiamente dijo:
UN SUEÑO ESCRITO EN UNA HOJA CON UNA FECHA, SE CONVIERTE EN UNA META.
UNA META DESGLOSADA EN PASOS DETALLADOS, SE CONVIERTE EN UN PLAN.
UN PLAN LLEVADO A LA ACCIÓN, HACE QUE TUS SUEÑOS SE VUELVAN REALIDAD.
Pero apenas nadie ha “escrito, desglosado y llevado a la acción” sus sueños y sus metas.
Existe una enorme diferencia entre “querer” (o desear) y hacer, o actuar.
En New Deal llevamos más de 15 años realizando retiros para planificar.
Retiros de reflexión, de introspección, de hacernos preguntas sobre cómo nos va la vida y sobre cómo nos va el negocio.
Y sobre si hay cosas que cambiar, mejorar, o implementar, para que las cosas, y nosotros, estemos bien. Bien de verdad.
Fijar las metas y desarrollar sus planes de acción.
Planificar es un arte. Necesita tiempo. Tiempo y calma. Hay que aquietarse, y la disciplina del grupo aumenta enormemente el foco y la productividad.
Si realmente deseas lograr, necesitas un buen plan.