Hola, ¿cómo te va la vida?

¿Tu vida marcha suave y plácidamente, o sientes una irritante sacudida a cada vuelta?

¿Sabes?, hace ya algún tiempo que publico posts en la categoría conocida como «La Rueda de la Vida» y acabo de caer en la cuenta de que nunca he hablado de su significado y de lo útil que puede ser conocer esta herramienta, tan simple, y a la vez tan poderosa. Creo que es un buen momento para explicar qué es eso y cómo te puede ayudar a mejorar en todos los aspectos de tu vida.

La Rueda de la Vida es un instrumento que acostumbra a ser usado por coaches, terapeutas o sicólogos, indistintamente. Se trata pues de una herramienta. Resulta muy útil para ayudar a la gente a poner el foco en cosas concretas e importantes que hacen referencia a su vida.

Me explicaré:

he comenzado este post haciéndote una pregunta ¿cómo te va la vida? Si le haces esta pregunta a tus amigos o familiares, recibirás respuestas ambiguas del tipo: «Bien» o «voy tirando» o incluso «no me puedo quejar». Después de eso, nadie va más allá, ni el que pregunta ni el que responde. Nadie hace la segunda pregunta que podría ser, entre otras: ¿Bien, comparado con qué, o con quién?, o ¿qué significa ir tirando? O mejor aún, ¿si te pudieses quejar, de qué sería?

Este tipo de preguntas acostumbran a sacar a la gente del monorraíl de la inconsciencia, de la respuesta fácil y programada, y a mirar a otro lado, a buscar en otro sitio y, en consecuencia, a encontrar otras respuestas, diferentes o muy diferentes de las habituales.

Si no sabes, no puedes, o no te atreves a hacer este tipo de preguntas (sobre todo si te las haces a ti mismo), puedes usar La Rueda de la Vida.

Se trata del dibujo de una rueda, con sus correspondientes radios, como las ruedas de un carro o de una bicicleta. Cada radio, o la zona delimitada ente dos de ellos, corresponde a una de las áreas de la vida, de ahí su nombre.

Los orígenes de la Rueda proceden del budismo y se remontan en la historia hasta perderse en el tiempo. La rueda es también el símbolo de los ciclos. Para los budistas la muerte no es el final, es tan solo el principio de algo, dentro del ciclo de la reencarnación. También lo es el día y la noche, los ciclos lunares, o las estaciones del año. Nada empieza y acaba, todo es un ciclo sin fin o, dicho de otra forma, todo final no es más que el principio de algo nuevo. Toda crisis es una oportunidad para cambiar cosas en el ciclo que comienza.

Saṃsāra (en sánscrito: संसार) es el ciclo de nacimiento, vida, muerte y rencarnación (renacimiento en el budismo) en las tradiciones filosóficas de la India; hinduismo, budismo, jainismo, bön, sijismo y también en otras como el gnosticismo, los Rosacruces y otras religiones filosóficas antiguas del mundo. Según estas religiones, en el transcurso de cada vida, el Dharma (acciones hechas para bien) y el Karma (consecuencia de lo realizado/decidido) determinan el destino futuro de cada ser en «el proceso del llegar a ser» (evolución o involución). Este proceso cíclico termina con el logro del moksha (unión con Dios).

Ya sabes, no es posible renacer sin morir antes.

No se puede mejorar sin cambiar, aunque eso duela. Pero los humanos nos resistimos, el cambio nos espanta, tenemos miedo y nos aferramos a lo viejo conocido, a no salir de un ciclo en el que, a veces, estamos sufriendo intensamente.

Y para que una rueda sea redonda y pueda cumplir su función, que no es otra que la de rodar suavemente, debe estar perfectamente equilibrada, sus radios deben ser y estar equidistantes. Cuando la vida está equilibrada, hay paz, y todo rueda y transcurre en armonía. Cuando no está equilibrada no hay calma y, a cada vuelta, se genera una perturbación, un malestar que se agrava con el tiempo y más aún con la velocidad. Y lo peor, cuando uno de los radios (áreas de la vida) no está equilibrado, afecta a todos los demás, afecta a la rueda entera.

Dentro de la rueda se representan aquellas cosas importantes en la vida que deberían estar en equilibrio para que la vida «ruede» bien. Se trata de los valores universales, unos valores que son compartidos por la práctica totalidad de los seres humanos, sea cual sea su raza, religión, país, o costumbres, que se han mantenido estables durante muchos años y así seguirá por muchos más.

Pese a que existen varios modelos y aunque muchas personas hayan acabado modificándola o adaptándola un poco -existen ruedas de entre 6 y 8 radios o zonas-, todas contienen, en esencia, los valores comunes, los valores universales. Las cosas que son realmente importantes y valiosas para los seres humanos.

La humanidad valora (considera valiosos) asuntos como:

•  la familia – puede subdividirse en pareja y otras –
• el trabajo – como elemento de realización profesional y personal –
• la salud – que puede subdividirse en salud interna y en estado físico o imagen –
• el dinero
• el desarrollo profesional o habilidades profesionales
• el desarrollo personal – estudios y desarrollo –
• el ocio – aficiones o compartir con los amigos –
• y la vida espiritual  – en todas sus dimensiones –

La Rueda es un magnífico instrumento para identificar las prioridades personales, para salir de las respuestas genéricas y hacerse buenas preguntas sobre las cosas concretas e importantes. Se trata de valorar cada área en cada uno de sus radios de 0 -muy mal- a 10 -muy bien- Una vez valoradas todas las áreas, o cada radio, deben unirse los puntos para comprobar, de forma visual, la redondez o equilibrio vital. O la ausencia de éste.

Existen diversas formas de realizar una valoración.

Puede colocarse una puntuación o nota directa, también puede responderse por ejemplo a cuánto tiempo se dedica a cada zona concreta, o cómo cree uno que tiene de bien o de mal atendida cada una de las zonas. En realidad, estamos consultando nuestros sentimientos, cómo nos sentimos de satisfechos o de molestos con cada una de las respuestas que nos damos. Y nuestros sentimientos siempre van a revelarnos la verdad. Luego, si decidimos maquillar, edulcorar, justificarnos, o racionalizar nuestras respuestas, eso ya es otra cosa. Pero hay que preguntar al corazón, no a la cabeza.

Si alguna zona presenta una desviación hacia el interior significa que existe un conflicto, un problema, un malestar, o alguna cosa que atender. Lamentablemente, ese desequilibrio concreto afecta al todo. Si nos falta la salud, sin duda nos afectará al área del trabajo, a la del dinero y, en consecuencia, al resto. Lo mismo ocurre si tenemos problemas en casa, de preparación profesional, o de cualquier otro tipo, el resto de áreas se van a ver afectadas.

Y aunque todas las áreas son igual importantes y están interrelacionadas unas con otras, existe una, la del dinero, que tiene una característica especial. Para empezar, debemos darnos cuenta que la mayor parte de nuestra vida la pasamos trabajando y que, el objetivo de tanto tiempo, dedicación y esfuerzo, no es otro que el de ganar dinero.

El dinero, tiene, además otra característica añadida que le confiere otro significado especial. Y es que el dinero es un gran facilitador o un gran limitador para el resto de las áreas. Si tienes mucho dinero, pero no tienes trabajo, realmente no tienes problemas. Si tienes problemas de salud y mucho dinero, tienes opciones mucho más amplias y eficaces que si tienes problemas de salud y no tienes ni cinco.

Poderoso caballero es don dinero…

Bien, supongamos que nuestra rueda está más o menos equilibrada en valores de entre 5 y 7 pero que uno de los radios está desequilibrado, que nos hemos puesto un 2 o un 1 como nota. Es evidente que estamos señalando un problema y que ese problema nos está afectando en todas las áreas de nuestra vida. Y también resulta evidente que debemos enfrentarnos a él para resolverlo.

Y la mejor manera de resolver las cosas es usando buenas herramientas. Te recomiendo que uses una hoja de metas, o un simple folio, y que elabores un buen plan de acción para corregir la desviación para lograr el ansiado equilibrio, para estar bien.

Después, una vez lograda la redondez, el equilibrio, lo que procede es comprobar a qué nivel nuestra rueda es redonda.

Y resulta que la diferencia existente entre el nivel actual y el 10, representa, ni más ni menos, la distancia que deberemos recorrer para desollar todo nuestro potencial, para llegar a ser, hacer y tener, todo aquello que deseemos. El 10 significa la plenitud, dicho en otras palabras, la felicidad.

La Rueda de la Vida es, por tanto, el instrumento de crecimiento y desarrollo profesional y personal, por excelencia. Un punto de partida para desarrollar el potencial de todas las personas en todas las áreas de la vida mediante la fijación de metas y la planificación de metas.

Se trata de ponerse retos ambiciosos y difíciles, que hagan que nos esforcemos, que nos estiremos para lograr el éxito. Es ahí donde se hace la magia.

Si lo prefieres, te lo preguntaré de otra manera: A ti, ¿qué te impide ponerte un 10?

¿Estás de acuerdo con todo esto?, ¿Conoces La Rueda de la Vida? ¿Tienes algo que contar? Si quieres, puedes dejar aquí tus comentarios.