La pandemia está haciendo estragos en muchos sectores, pero también es cierto que está favoreciendo a muchos otros.
Ya se sabe que nunca llueve a gusto de todos.
En mi caso podía haber supuesto el cierre de un negocio que, hasta hace bien poco, era 100% presencial en mis aulas de Barcelona.
Afortunadamente, un par de años antes de la pandemia decidí digitalizar mi negocio.
No ha sido fácil ni ha sido barato, pero finalmente ha resultado la mejor inversión que podía haber imaginado.
Arrancar en enero con un grupo de 13 personas en mi Programa de Productividad, es algo extraordinario, todo un hito
Más aún si los componentes son de todos los puntos de la geografía: Canarias, Ceuta, Madrid, las dos Castillas, Levante, Andalucía, Euskadi y, por supuesto, Catalunya.
Evidentemente, el programa es 100% online.
Y lo más curioso, cada uno de los empresarios participantes es de un sector diferente: hay carroceros, instaladores, gestores, panaderos, arquitectos, carpinteros, pasteleros, ferreteros, consultores y rotulación.
Pero el objetivo es común para todos: Mejorar los resultados del negocio y mejorar la organización personal.
En síntesis, dinero para la empresa y tiempo y calma para vivir.
A eso le llamo yo arrancar el año con fuerza y con ganas de cambio y de mejora.