Puede llamarse retiro, evento, o reunión, tanto da. Lo realmente importante es salir de la rutina, alejarse de las cosas habituales, de los papeles, del teléfono, de las interrupciones, de las urgencias, y del e-mail.
Detenerse, regalarse una pausa. Un tiempo para aquietarse y poder mirar con objetividad.
Preguntarse a uno mismo si las cosas van bien, o si van mal. Si nos gusta lo que hacemos y si estamos satisfechos con lo que tenemos.
Si deberíamos seguir igual o si quizás deberíamos cambiar algo.
Casi siempre decidimos hacer cambios. Y lo primero es saber qué cosas queremos mejorar o añadir a nuestra vida o a nuestra empresa.
Para eso es necesario soñar, visualizar futuro, fijar los objetivos y desarrollar los planes, nuestras metas profesionales y personales.
Y ya puestos a pedir, que sea en el lugar adecuado. Un lugar que llame a la pausa y al descanso. Que evoque la calma y la introspección. Un sitio que nos conecte con las cosas auténticas, de verdad, desde los objetos a la comida y al fuego del hogar.
¡Y lo hemos hecho! Un grupo de amigos nos hemos dado el lujo de retirarnos a pensar y a trabajar en nuestros planes para el próximo año.
Nos hemos ido a Can Rafel de Cervelló y, tras el fin de semana, hemos vuelto cargados de planes e ilusiones, de cosas que logar durante 2018.
Tenemos mucho por hacer y lograr.