Pero no acabas de encontrar la manera
Has ido superando crisis, pérdidas de clientes importantes, morosidades y percances, que a punto han estado de costarte caros. Y cada vez que todo parecía ir bien, has tenido que retroceder de nuevo “a la casilla de salida”
Ya empiezas a hartarte de correr, de que todo tenga que pasar por tus manos. Que todo el mundo te persiga para todo. De no tener un momento tranquilo y de calma en tu vida.
Tienes la impresión de que tu competencia tiene más suerte o lo hace mejor que tú, pero pese a todos tus intentos, no logras que las cosas funcionen como tú quisieras.
Tampoco pides tanto, unos clientes serios que paguen cuando deben, unos proveedores que cumplan sus promesas. Y un equipo de gente que cumpla, que trabaje bien y que lo haga sola, sin tener que estar todo el día empujando y tirando para que se muevan.