La verdad es que no sé muy bien cómo se me ha ocurrido este título, de dónde ha venido la idea. Bien mirado, es probable que la mayor parte de quienes lean esto, no hayan visto un telegrama en su vida. Incluso es probable que mucha gente ni tan solo haya oído hablar de ello y que ignoren el significado de esa la palabra.
Telegrama, como buena parte de nuestro vocabulario, viene del griego. En griego «Tele» significa lejos y «grama» significa escrito o gráfico. De ahí que las gramáticas sean la concreción escrita o gráfica del lenguaje. Así, un telegrama es un mensaje escrito que viene de lejos. El aparato que permitía enviar mensajes a distancia era el telégrafo. Ya sabes, de tele, lejos y de grafo, dibujo o imagen.
El telégrafo utilizaba el lenguaje «morse» que usaba sonidos cortos y largos para componer puntos y rayas gráficos, que podían traducirse en palabras. Por ejemplo, SOS se escribía de la siguiente manera: …—… Digamos que era una forma de chatear «arcaica».
Si has visto películas del Oeste (seguro que sí), la línea de postes que transcurría paralela a las vías del ferrocarril con sus correspondientes cables no transportaba electricidad (aún estaban muy lejos de eso) eran los cables del telégrafo. Las primeras estaciones emisoras y receptoras del telégrafo solían estar en la estación de ferrocarril.
Y decía al principio que no sabía cómo se me había ocurrido hablar de telegramas. Me pregunto de dónde ha venido esa idea, cómo ha llegado a mi cabeza algo que hace años que ni veo ni me preocupa. Y es que, en realidad, estoy hablando de intuición.
Intuición, ¡ya sabes!, tú también la tienes. Poco o mucho desarrollada, pero la tienes.
Esto es lo que dice Wikipedia sobre la intuición:
La intuición (del latín intueri «mirar hacia dentro» o «contemplar») es un concepto de la Teoría del conocimiento aplicado también en la epistemología que describe el conocimiento que es directo e inmediato, sin intervención de la deducción o del razonamiento, siendo considerado como evidente.
Se cree que la percepción sensible ofrece un conocimiento intuitivo de la realidad. De la misma forma, el entendimiento tenía una «intuición intelectual» capaz de conocer la esencia de las cosas y sus diversas formas mediante los conceptos.
En la Edad Moderna ha sido estudiado por los racionalistas, los empiristas, Kant y el criticismo y la fenomenología.
No obstante lo anterior, poco a poco el problema de la intuición ha ido derivando desde el campo de la especulación filosófica al campo de la ciencia positiva, siendo considerado más bien un tema de investigación psicológica y neurológica.
Según algunas teorías psicológicas, se le llama intuición al conocimiento que no sigue un camino racional para su construcción y formulación, y por lo tanto no puede explicarse o, incluso, verbalizarse. El individuo puede relacionar ese conocimiento o información con experiencias previas, pero por lo general es incapaz de explicar por qué llega a una determinada conclusión o decisión. Las intuiciones suelen presentarse más frecuentemente como reacciones emotivas repentinas a determinados sucesos, percepciones o sensaciones que como pensamientos abstractos elaborados y muy relacionados con las creencias e ideologías.
En el lenguaje popular suele significar con frecuencia presentimiento.
Pues bien, otra forma de llamar a la intuición es la de «corazonada» que es la sensación o sospecha de que algo va a ocurrir.
Seamos o no conscientes de ello, la intuición o las corazonadas están presentes en nuestra vida de forma permanente. Cuando eliges un número de lotería, no es un acto racional, te mueve una corazonada. Cuando confías o desconfías de alguien, tampoco suele ser nada racional, es algo más sutil, algo emocional.
Y es que, según la investigación actual, psicológica o neurociencia, se está confirmando lo que los budistas ya saben desde hace miles de años. El corazón es el segundo cerebro humano. ¿Segundo? Bueno, hay mucha gente que afirma que es el primero.
Se sabe y se ha comprobado que el corazón es «holístico». Eso quiere decir que, mientras el cerebro es lineal y racional, el corazón puede percibir desde un sinfín de canales, ver muchos puntos de vista a la vez, contemplar muchas más posibilidades. Se está demostrando que los juicios del corazón son mucho más fiables que los del cerebro, los de la razón.
La razón ha ido desplazando paulatinamente, sobre todo en occidente, a otras formas tradicionales de pensar y de actuar. Hemos dejado de escuchar ciertos canales ancestrales y hemos puesto el foco en las cosas tangibles, solo en lo que se puede tocar, medir y comprobar. Pero insisto, es en occidente, en oriente siguen existiendo maneras de ver, de creer y de hacer, que bien poco o nada tienen que ver con las nuestras. ¿Quién tiene razón?, pues depende de tus creencias, creas lo que creas seguro que aciertas.
¿Quién no ha tenido en alguna ocasión una lucha interna entre el corazón y la cabeza? La lógica nos dice que sí, que adelante, pero algo nos avisa de que no, de que nos detengamos. O viceversa.
Y ahora, la gran pregunta: ¿de dónde viene la intuición? ¿Quién es el emisor del mensaje? ¿dónde está? Porque una cosa es cierta, recibimos mensajes, intuimos cosas, nuestro cuerpo las percibe y reacciona.
En el mundo del coaching, disciplina por cierto muy moderna, se considera a la intuición como una herramienta. Algo que te permite ser curioso (otra herramienta) para llevar a tu cliente de forma consciente a explorar nuevos lugares o perspectivas que están ocultas en el inconsciente del cliente pero que tú intuyes (recibes un mensaje), de que ahí hay algo, que debes curiosear, que hay que preguntar para entrar y descubrir.
Se afirma, y yo lo creo, que la intuición jamás se equivoca, aunque si es muy frecuente equivocarnos en la interpretación que hacemos de la intuición. Dicho de otra forma, recibimos un mensaje que no siempre sabemos traducir, porque interfieren nuestros propios juicios, pero de lo que parece no haber duda es de que recibimos el mensaje.
Puede que estés pensando que estoy hablando de nuevas tendencias, o de las nuevas modas del pensamiento positivo o de neurociencia, lo último. Pues nada de eso, estoy hablando de cosas documentadas hace ya bastantes décadas.
Napoleón Hill, ya lo expone largamente en su libro «Piense y hágase rico» (uno de mis libros de cabecera) publicado en 1.937, y que escribió durante 20 años por encargo de Andrew Carnegie, en su tiempo el hombre más rico del planeta.
Carnegie se había hecho rico a sí mismo y a muchos otros más, y deseaba compartir el método que empleó para hacerse rico con el resto de la humanidad. Debido a eso, Napoleón Hill tuvo la suerte de conocer y tratar, para documentar el libro, a grandes inventores de su tiempo como Edison, Henry Ford, Roosevelt, George Eastman, o Rockefeller, hasta más de cincuenta. En algunos de sus capítulos habla de «La inteligencia infinita«. Habla de cómo establecer un vínculo entre la mente finita del hombre y la Inteligencia Infinita. Describe de dónde vienen los presentimientos o la intuición. Habla de estimular la mente para elevarse por encima del pensamiento ordinario y conectar con la inteligencia infinita, de visionar a distancia.
Y también explica cómo determinados hombres (artistas, escritores, músicos y poetas), adquirieron la costumbre de confiar en «la pequeña voz silenciosa», de cómo sus mejores ideas provienen de los denominados «presentimientos». Finalmente, explica cómo algunos hombres, científicos, poderosos y ricos, como el Dr. Gates, disponían de su sala de «comunicación personal», estancias a prueba de ruidos donde se sentaban «a recibir las soluciones que estaban buscando». El Dr. Gates afirmó que se hizo rico y recibió fortunas de otros, «solo por sentarse para recibir ideas». Tú puedes creer lo que quieras, pero durante la vida de Napoleón Hill hubo una eclosión de científicos y de descubrimientos sin paragón. Según él, sabían el secreto. Y la paradoja, el secreto no es secreto. ¿Casualidad?, causalidad? No importa, creas lo que creas, posiblemente sea cierto.
Y llegados a este punto, posiblemente te estés preguntando si ese fue un hecho aislado, casual y focalizado en ese tiempo o no fue así. Tal vez estés intuyendo que tiene que haber algo anterior. De nuevo tu intuición no se equivoca. Estás en lo cierto. Platón, discípulo de Sócrates, que vivió y murió algunos siglos antes de Cristo, y que viajó por Egipto y tuvo influencia de números sabios de su época, creía que las ideas son substancias que existen independientemente de las personas y de los pensamientos (Teoría de las ideas de Platón) y que existen en otra dimensión.
Por tanto, cualquier persona entrenada podía acceder a esa dimensión y recoger las ideas para atraerlas al mundo terrenal de los pensamientos y concretarlas en cosas reales. O, como afirma Hill al inicio de su libro, los pensamientos son cosas. Vaya, vaya, me pregunto de dónde sacaría Platón esa idea…
En la actualidad, la idea de la mente colectiva o universal donde están todas las ideas, está adquiriendo seria consistencia. Cada vez hay más personas que creen que todo está conectado, que nada es independiente y que, por tanto, se puede acceder. Esta es la base del pensamiento cuántico. Cuando se desciende al nivel de los átomos, la materia y la realidad desaparecen y nos adentramos en los campos de las energías donde todo está en conexión en campos de grandes vacíos.
Y hay un par de cosas más en que al parecer hay acuerdo: La primera es que, para ascender a un nivel de conciencia superior, una persona debe estar bien en el nivel actual, debe estar equilibrada y serena. La segunda es que, una mente sin entrenar, no puede lograr nada.
¿Tú qué opinas? ¿dos y dos son cuatro o depende? ¿la realidad es la que ves, la que muestra el microscopio, o la muestra un telescopio? ¿y si la aumentamos un millón de veces, seguirá siendo la misma realidad? Deja aquí tus comentarios.
2 comentarios en “Telegrama del Universo”
Hola Fermin . Molt bon article , felicitats.
Encara que no ho sembli , segons quines feines o treballs entre els quals está el escriure o descifrar en codi morse , la intuició te la seva part . Ho conec ja que en aviació el feiem servir a la antiguetat per identificar estacions de radionavegació i enviar misatges d’emergencia , i quan tenia per la má no calia pensar ja era desde l’interior de la ment amb bona part d’intuició.
Salut.
Lluís
Bon dia Lluis,
Gràcies, m’agrada que t’agradi i m’agrada sentir coses teves.
Una forta abraçada.