Tal vez no estés de acuerdo con el titular, sobre todo siendo una afirmación genérica (urbe et orbi) y bastante radical, hay que decirlo. Tal vez estés iniciando una dieta o planteándote hacerlo y te haya molestado que venga alguien a decirte que fracasarás. Pero si lees un poco más, tal vez acabes dándome la razón, re-enfoques tus intenciones y obtengas el resultado deseado.

Estas son las principales razones por las que suelen fracasar las dietas. Observa que digo «las» y no «mis» razones.

PRIMERA RAZÓN

Hacer una dieta es una idea que nace muerta en sí misma.

Es muy sencillo, si te fijas, se trata de un plan temporal. Mentalmente se plantea como: «una vez logrado, ya está, dejo de hacer dieta» (el período de privación); Y eso significa volver a los viejos hábitos alimenticios que son justamente los que han ocasionado el problema. Así que ¿para qué sufrir unos meses si en un plazo mucho más breve vamos a estar igual o peor? No tiene sentido hacer «una» dieta.

SEGUNDA RAZÓN

La homeostasis corporal.

¿Qué significa esa palabra? Es un término médico, pero es muy sencillo de entender. El cuerpo humano tiene un mecanismo auto-regulador que tiende a mantener el «status quo», a mantener todo dentro de unos niveles. Cuando el organismo baja en alguna cosa (vitaminas, minerales…) los compensa o consigue por otras vías. Para ello tiene sus indicadores históricos con niveles razonables de fluctuación. Tiene sus propios marcadores. Eso quiere decir que mientras tú intentas eliminar grasa, él se ocupa de conseguirla por otro lado. Si lo piensas, la gente no se engorda en un fin de semana, no engordamos por grandes excesos en un tiempo corto, sino por el pequeño exceso de cada día. Por eso la pérdida de peso no se produce en un tiempo corto, se produce en el prolongado cuidado durante largo tiempo. Recuerda que el cuerpo va a compensar el exceso o el defecto. Dicen los médicos y dietistas que, si realizas una dieta, una vez alcanzado el peso deseado, debes mantenerte en él por un plazo mínimo de seis meses. ¿La razón? Tu cuerpo debe sustituir los viejos marcadores (tus medias antiguas) por las nuevas. Y eso requiere tiempo. De lo contrario, ya sabes, el efecto rebote, recuperas en un mes lo logrado en tres meses.

TERCERA RAZÓN

Confundir el medio con el fin.

Efectivamente, lo que realmente desea la gente no es «hacer dieta». Eso significa reducir, renunciar, esforzarse o sufrir… ¿quién quiere eso? Es por tanto muy fácil rendirse a algo que, en sí mismo, no aporta nada positivo. El fin pueden ser cosas tan diversas como estar orgulloso/a de la figura que ves en el espejo, mantener la salud, hacer deporte… Eso sí son visiones evocadoras, probablemente te mantendrán más enfocado/a y disciplinado por los beneficios que podrás visualizar que enfocarte en el medio para lograrlo.

CUARTA RAZÓN

No plantees una dieta, plantea un cambio de hábitos alimenticios.

Por lo dicho anteriormente, recuperar tu peso «habitual» será más rápido que haber llegado hasta el deseado. En lugar de plantearte dietas agresivas, plantéate un cambio de hábitos alimenticios. Se trata de una dieta variada donde evites aquello que sabes o que te han recomendado evitar, sobre todo los excesos en fines de semana o «pequeños permisos diarios».

QUINTA RAZÓN

Todas las dietas funcionan, todas las personas fracasan.

Vale, le añadiremos un «casi» pero se honesto/a, cuando haces una dieta, ¿realmente la cumples? O te la saltas… aunque sea «muy de vez en cuando». La mayoría de personas que conozco carecen de la disciplina y fuerza de voluntad necesarias para alcanzar la meta. En otras palabras, no cumplen la dieta. Dicen que hacen dieta, van a la dietista, pero la hacen «a su manera». Por alguna extraña razón, en este país tenemos la absurda tendencia a considerarnos más listos que los profesionales. Escuchamos consejos que, de entrada, no pensamos cumplir porque asumimos que son para los demás, pero no para nosotros.

SEXTA RAZÓN

Tú no dominas tu cuerpo, tu cuerpo te domina a ti.

¿No te ha ocurrido que en ocasiones te apetece algo salado o algo dulce? ¿No se ha presentado en tu mente esa imagen de la taza de chocolate humeante, de esa bolsa de patatas, o de cualquiera otra cosa que te guste con locura? ¿De dónde viene eso? ¿quién lo ha puesto ahí? Sí, ha sido él, tu propio cuerpo. Los médicos ya admiten que el cuerpo es sabio, el cuerpo sabe lo que necesita. Y también sabe cómo pedírtelo y cómo hacerte obedecer. ¿Tienes hambre? ¿necesitas ir al baño? ¿estás cansado? ¿tienes sueño?… ¿Te das cuenta de su poder sobre ti y sobre tu propia mente?

SÉPTIMA RAZÓN

Cuando comes no solo llenas el estómago, la mayoría de personas llenan otros vacíos de carácter emocional.

En siglo XV ya lo sabían bien, Jorge Manrique escribió estas palabras: «Cuán presto se va el placer, cómo, después de acordado, da dolor». Y es que, inmediatamente después de pecar, aparece la culpa y el arrepentimiento. Pero el mal ya está hecho. Es muy fácil encontrar una razón para saltarse la disciplina: un día duro, una mala noticia, un desacuerdo, está lloviendo, me siento bajo… Tenemos mil razones y excusas para fallar.

Probablemente conozcas otras, pero creo que ya son bastantes como para reflexionar sobre si hacer dieta o sobre cómo hacerla.

Si después de todo estos estás determinado/a a seguir adelante, a intentarlo, a luchar, debo decirte que sí es posible lograrlo, es difícil, pero es posible. Y salvo factores médicos o disfunciones de tu cuerpo depende de ti.

Aquí tienes consejos que realmente funcionan (si los cumples):

• Plantéala a largo plazo, no inferior a un año. Se trata de un proceso de cambio de tu cuerpo y de tu mente.
• Plantea un cambio de hábitos alimenticios que sea permanente.
• Coloca una foto del estado que un día tuviste (probablemente cuando eras más joven) en algún lugar que puedas ver con frecuencia. Será un recordatorio permanente de que lo puedes alcanzar, por la sencilla razón de que ya has sido o estado así. La mente tiende a alcanzar lo que puede ver con claridad.
• Plantéate cultivar la paciencia, los niños tardan 9 meses en nacer y los árboles algunos años en dar frutos. La sensación de logro es directamente proporcional al esfuerzo para conseguirlo.
• Realiza medición y seguimiento no obsesivos. Entiende que el cuerpo fluctúa y que de repente, y sin razón, hoy pesas un kilo más que ayer. Sé fuerte, no te desesperes ni te rindas. Esta es la razón por la que dietistas aconsejan pesarse semanalmente, y es que la gente no fracasa, sencillamente se rinde, abandona. Pon una gráfica con tu peso en tu nevera.
• Disciplina, una de mis virtudes favoritas. Me gusta porque tiene dos caras, aunque la gente, acostumbra a conocer solo una. Es cierto, va ligada a esfuerzo, sufrimiento o privación. Pero si la mantienes en el tiempo… entonces «te devuelve el cambio» un día te miras al espejo y lo que ves te compensa de todo lo anterior, te sientes más ágil, te pones aquella ropa que te quedaba tan bien…. Tu autoestima sube por encima de las nubes y ves que realmente ha valido la pena.
• Perseverancia. Sin duda mi favorita. Junto con la determinación y la disciplina son cualidades indispensables para alcanzar el éxito. En cualquier área de la vida.
• Apóyate con afirmaciones. ¿Qué que eso y cómo se hace? Es sencillo, te lo explicaré. Dile a todos tus amigos y conocidos que vas a perder esos kilos y que ellos lo van a ver, que van a ser testigos. Cuanto más lo repitas más fuerte «te armarás internamente» para evitar el fracaso, tanto a nivel exterior como a nivel interior. Un día escribiré sobre el poder de las afirmaciones, de momento simplemente decirte que las afirmaciones funcionan.

Quiero finalizar animándote y decirte que realmente todo lo anteriormente escrito funciona. Lo sé porque lo he probado en mí mismo. Durante años mi peso ha estado por encima de los 100 kilos (105 a 107), pero ya hace algunos que muy pocas veces paso de los 90. Ahora, cuando escribo esto, peso 87 y mi meta para el nuevo año es mantenerme por debajo de los 85. Fíjate que he dicho meta, no deseo o propósito, que son cosas bastantes diferentes.

¿Qué sabes al respecto? ¿Has tenido buenas o malas experiencias? Deja aquí tu opinión.