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New Deal - 65 - Enfrentarse a los problemas y resolverlos con éxito

Enfrentarse a los problemas y resolverlos con éxito

Lo voy a decir de entrada y lo voy a decir muy claro: «los problemas no existen».

Supongo que, para empezar, estarás completamente en desacuerdo y, para continuar, se te estarán quitando las ganas de seguir leyendo. ¿Me das un poquito más de margen?

Sí, claro, ya sé que todo el mundo tiene problemas, incluidos tú y yo mismo, pero reflexiona sobre esto:

Los problemas, en realidad, no son más que situaciones en las que tenemos carencia de recursos.

Por ejemplo, si una persona o una empresa no puede hacer frente a un vencimiento, decimos coloquialmente que tiene un problema, pero en realidad, lo que ocurre es que tiene una falta de dinero con la que atender el pago. Si tuviese ese recurso, sencillamente no existiría el problema.

Eso mismo ocurre en todas las áreas de la vida:

Por ejemplo, en el área de la salud mucha gente tiene «problemas» de muy variada índole. Pero si tuviesen la solución, el remedio, la medicina, o el recurso necesario… pues eso, todos como rocas.

Y también existen los problemas familiares, cuya variedad y ámbito también reviste enorme complejidad (padres, hijos, hermanos, tíos…). Generalmente se resuelven con comunicación, empatía, tolerancia, paciencia y amor. Y esos recursos sí los tenemos, pero no siempre estamos dispuestos a usarlos. Tal vez la carencia sea otra, tal vez nuestro ego tirano, nos impida usarlos.

Y lo mismo ocurre si hablamos de asuntos de trabajo, de dinero, de estudios, de formación profesional, religiosos, e incluso, existenciales. Resulta obvio que, si tienes un buen trabajo, dinero para atender tus necesidades, diplomas de tus estudios, eres un buen profesional y estás en paz contigo mismo y con el universo; o eres plenamente feliz, o tocas la felicidad con la punta de tus dedos.

Por eso, no hace falta reflexionar en demasiada profundidad para darse cuenta de dos cosas:

1. Realmente los problemas son solo eso, falta de recursos propios.

Esos recursos pueden ser económicos, de comunicación, de la actitud adecuada, de inteligencia, de tener la formación necesaria, e incluso, en ocasiones de información (o de ignorancia, que es lo mismo)

Y resulta evidente que, de disponer de esos recursos, de tener la solución, el problema no llegaría a existir ya que quedaría resuelto antes de llegar a producirse.

2. El problema no suele ser el problema, sino las consecuencias del problema real, que acostumbra a ser otro.

Te pongo un ejemplo y lo entenderás en un segundo. Mucha gente cree que su problema es «que no tiene dinero». Pero en realidad ese no es el problema, sino las consecuencias de un problema que queda oculto y que no es, para la inmensa mayoría de la gente, para nada evidente.

En definitiva, confunden la causa con el efecto. Y claro, es muy difícil resolver algo que se ignora, apagar un incendio sin saber dónde está el fuego.

Mucha gente (por supuesto no toda) tiene problemas que han causado ellos mismos, ya sea de forma consciente (alcohol, drogas, líos varios, deportes extremos, etc.), o de forma inconsciente (sedentarismo, excesivas horas de trabajo, poco cuidado de la salud o de la familia, etc.)

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La mayoría de las veces los problemas nos llegan por la ausencia de planes, y en consecuencia de acciones, para generar recursos que eviten los problemas futuros. Es decir, falta de prioridades y de metas en la vida.

Por poner un ejemplo claro y sencillo: ¿por qué una persona que no tiene planes sobre cuánto dinero tendrá, pongamos dentro de tres años, debería tener dinero dentro de tres años?

Parece una pregunta absurda, pero, si te fijas, no lo es. A la gente le gusta creer que en el futuro dispondrá de dinero «porque sí, porque yo me lo merezco». Y claro, ese no es un buen plan. De hecho, ni siquiera es un plan, tan solo una expectativa basada en una absurda creencia de que ocurrirá, pero sin ni siquiera la propia intervención, sin hacer nada. Es como si alguien, en alguna parte, tuviese la obligación de velar por mí y por mi futuro. ¿Absurdo no?

Y resulta que más del 98% de las personas no tienen ningún plan sobre las cosas importantes de su vida. En lugar de asumir su responsabilidad personal sobre su vida y sobre las cosas que ocurran en ella, se abandona alegre e inconscientemente en manos del destino, o de quién sabe qué. ¿No es para llorar?

Si hablamos de problemas, podríamos clasificar a las personas en dos grandes grupos: los que se enfrentan a los problemas y los que los evitan.

Quienes se enfrentan a los problemas les suelen ocurrir dos cosas: o los resuelven o aprenden qué han hecho mal para mejorarlo en la próxima ocasión. Y sucede que, como acaban resolviéndolos, se da la circunstancia de que este tipo de personas apenas tienen problemas y, cuando los tienen, saben cómo resolverlos, han generado recursos. Están acostumbrados a hacerlo, por eso los problemas no acostumbran a quitarles mucho el sueño.

Quienes no se enfrentan, quienes los ocultan o los evitan, tanto si lo hacen de una forma consciente como inconscientemente, también les ocurren dos cosas: se les acumulan los problemas, suelen tener de todo tipo y en cantidad. En ocasiones, los problemas acaban generando otros problemas. Al no «practicar» nunca aprenden a resolverlos por lo que acaban siendo víctimas de éstos o, mejor dicho, de sí mismos y de sus carencias de recursos, de ellos, el más frecuente, el valor de enfrentarse a ellos.

Como los problemas, sobre todo los grandes, acostumbran a bloquear a las personas anulando su capacidad de raciocinio y consecuentemente de actuación, te propongo algunos pasos, a modo de reflexión que espero que te ayuden a poner el foco en el problema real, a entenderlo, y a dividirlo en acciones pequeñas que acaben solucionándolo. Porque, ¿sabes?, un gran problema no es más que la suma de muchos problemas pequeños. Solucionados todos de uno en uno, se soluciona el problema grande.

Aquí tienes pues La Pequeña Guía para la solución de problemas:

Pregúntate y toma nota de las respuestas de las siguientes preguntas:

  • ¿Si yo no existiese, existiría el problema?
  • ¿Este problema existe en la vida real, lo sabe la gente, o solo existe en mi mente?
  • ¿Dentro de tres años me seguirá preocupando este problema que ahora me agobia tanto?
  • ¿He resuelto problemas similares o incluso más grandes?, ¿Cómo lo hice?
  • ¿El problema realmente lo origina una persona o una cosa, o es la ausencia de mis acciones o recursos lo que lo causa?
  • ¿El problema es el problema, o es la consecuencia de otra cosa?
  • ¿Si es consecuencia de otra cosa, es esa otra cosa el problema, o es la consecuencia de otra cosa anterior? (busca la raíz, el origen del problema)
  • ¿Qué debería ocurrir o cambiar para que se solucionase o no existiese el problema?
  • ¿Qué recurso sería necesario para que, ese problema, ni siquiera existiese?
  • ¿Cuál sería el primer paso que debería dar para comenzar a solucionar el problema? ¿Y el segundo?

Bueno, espero que esa pequeña guía ye ayude. Puedes añadir cuantas preguntas creas necesarias y útiles.

De hecho, te invito a añadir preguntas: ¿quieres ayudarme? Deja aquí tus comentarios.

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Fermín Lorente

Fermín Lorente

Experto en mejorar RESULTADOS EMPRESARIALES. Formador en organización empresarial y en liderazgo. Fundador de New Deal.

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