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New Deal - 69 - Crecer sin límites - Parte 2

Crecer sin límites – Parte 2

Los 10 mandamientos del Desarrollo Personal.

Hola de nuevo, ¿has entrado aquí por casualidad, o te pareció interesante la primera parte? Te hago esta pregunta porque he aprendido que el éxito no está al final del viaje, cuando llegues a la cima, o cuando pasen los años. No es así como funciona.

El éxito no es un destino, el éxito es el camino. Y el éxito comienza en el preciso instante que decides tener éxito. O, mejor dicho, cuando empiezas a actuar. ¡Actúa y tendrás suerte! he leído en alguna parte.

Los resultados pueden tardar, pero en el momento que das el primer paso, ya estás recorriendo el camino. Cualquier semilla plantada tarda cierto tiempo en germinar. Tan solo un primer paso, y luego repetir y repetir, continuar caminando, caminar sin rendirse. Puedes correr o ir despacio, pero no puedes detenerte. Es la única condición.

Sexto compromiso: Haz «lo que hay que hacer, lo necesario» Aunque no creas, ¡haz!

Mucha gente tiene planes, listas, o al menos, cosas apuntadas en su agenda o en un papel. Pero al final no las hace. ¿La causa?: el miedo, la incomodidad, o la no creencia, por poner algunos ejemplos, bajo los sutiles disfraces de las urgencias, de los imprevistos, de la falta de tiempo, o de cualquier otra “razón”. Así de fácil nos resulta encontrar culpables de nuestros fracasos, justificaciones para no actuar y, con ello, de no lograr, de no arriesgar, de no crecer.

Dejamos de hacer, olvidamos que la acción no es una opción, sino que es imperativa. Y si no ponemos piedras, lo único que construimos son castillos en el aire.

“Lo haré mañana”, y me lo creo porque necesito creérmelo, necesito tragarme ese caramelo dulce hoy pero que me dejará un amargo mal gusto mañana. Dejamos que se nos acumulan las cosas hasta que nuestras pilas de cosas pendientes, con solo verlas, hacen que se nos ponga mal cuerpo. Aún no hemos aprendido a reservar 20 o 30 minutos diarios para lo que no es urgente pero sí es importante, o muy importante.

Séptimo compromiso: No busques excusas, ¡busca razones!

¿Cuándo te enfocas en una rosa, qué ves, espinas o belleza? ¿La deseas y la temes, o la temes y la deseas? Porque parece lo mismo, pero no lo es, aquí el orden de los factores sí altera el producto.

Y es que las cosas son lo que son, pero lo que nos hace avanzar o lo que nos detiene, es el cómo las vemos nosotros. Si nos enfocamos en las espinas, querremos evitar los pinchazos. Si nos enfocamos en la rosa, intentaremos cogerla, aunque sepamos que nos pincharemos.

De la misma manera, cuando nos enfrentamos a nuestros retos, cuando pensamos en nuestros sueños y deseos, ¿en qué nos enfocamos? Porque no olvides que, como si de plantas se tratase, allí donde pongas el foco todo crecerá y se desarrollará, pero donde no lo pongas, donde no haya luz intensa, todo se marchitará y desaparecerá. Es como soplar las brasas para avivar el fuego, o dejarlo que se extinga.

Si pones el foco en los problemas, encontrarás todas las excusas que quieras o necesites para no actuar. Y si te enfocas en las razones, también encontrarás todas las que quieras y necesites para actuar. ¡Tú eliges! Pero elige bien, aunque te parezca que no es así, lo cierto es que está en tus manos, ¿en cuáles si no?

Octavo compromiso: Desarrolla una firme determinación, ¡pasión!

La determinación es algo similar a la perseverancia, pero contiene unos matices que la hacen diferente. En mi opinión, la perseverancia tiene más que ver con el tiempo, es el mar disolviendo las sales de la tierra, sin prisa, sin tener en cuenta siglos y milenios.

La determinación la veo más como el empeño en no cejar de intentar, tiene más fuerza y propósito, más dirección. La determinación no es tozudez, no es obsesión, que en muchas ocasiones son fin y propósito a la vez, sino que es compromiso con la acción, acción dirigida a conseguir cosas concretas, un sueño, por ejemplo.

Determinación es no desviarse del rumbo pese a los vientos y a las mareas, pese a que te digan que estás loco, o te pregunten qué deseas demostrar, o qué pretendes conseguir… Es fijar la brújula, poner rumbo Norte, y aferrarse con toda la fuerza al timón.

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Noveno compromiso: Cuida tu lenguaje interior, ¡tus pensamientos se convierten en cosas!

Dialogamos con nosotros mismos de forma permanente. Nuestro diálogo interior nunca cesa. Quienes practican disciplinas como la meditación saben bien lo difícil que es acallar la mente. Por más que lo intentes siempre logra sabotearte. Nuestro inconsciente siempre logra su propósito, sabe bien cómo hacerlo, llevamos toda la vida entrenándolo.

Y sucede que cuando las personas nos enfrentamos a nuestros retos, aunque no lo percibamos conscientemente, nuestro inconsciente se enfoca en algo concreto. Digamos que monta su película de lo que cree que va a pasar.

Y si la película es de miedo, el cuerpo se altera, se agita, y se comprime. Y entonces empieza el sudor frío, y comenzamos a hablar con nosotros mismos: ¡Uf!, va a ser difícil, no lo voy a lograr, solo no puedo, ahora no es el momento, no tengo dinero… Ya sabes, todas las excusas que necesites, y algunas más, por si acaso.

Pero si la película es una comedia, “el cuerpo te pide marcha” quieres dejarlo todo y ponerte ya, es divertido… Y empieza el diálogo de auto convencimiento de que esto es importante, urgente y divertido, que todo lo demás puede esperar. Y encontramos todas las razones que necesitemos para pasar a la acción, al logro y a la consecución, que son la antesala del éxito.

Así que ten cuidado, los pensamientos se convierten en intenciones, las intenciones en acciones, y las acciones en resultados, en cosas. Buenos o malos, aquello que tú pienses, así será.

Décimo compromiso: Ponte metas escritas y haz registro y seguimiento de plan, ¡mide y ajusta el rumbo!

A veces el deseo es suficiente. Conozco algunas personas cuyos deseos son tan fuertes y su fuerza tan intensa, que han levantado sus imperios sin plan alguno. Al menos así lo creía yo, hasta que pude averiguar que ese plan, estaba tan claro y definido en su mente que no necesitaban escribir nada. No estaban dispuestos a fracasar de ninguna de las maneras, por ninguna razón, fuese la que fuese… Qué envidia me dan.

Pero para el resto de los mortales, los que no somos uno de entre diez mil, necesitamos un plan, un buen plan. Necesitamos una lista de tareas ordenadas y cronológicas que, ejecutadas una tras otra en el tiempo y en la forma, nos conduzcan al éxito de nuestra misión. Si no lo hacemos, el día se nos llena de urgencias, de tareas nuevas que acaban desplazando a las previstas, a las necesarias, a las que teníamos y debíamos hacer.

Por eso necesitamos medir. La medición y el seguimiento tampoco son opción, son algo imperativo.

Si mi deseo es, por ejemplo, conseguir un cuerpo de atleta, no vale con ir al gimnasio “de vez en cuando”, cuando tengo tiempo. Hay que tener unas metas claras de lo que debo hacer, por ejemplo, en kilómetros, en velocidad media, en levantar peso, o en el número de flexiones a hacer cada día o cada semana y mes. Medir lo que debo hacer, para conseguir lo que deseo conseguir.

En realidad, ir al gimnasio o a correr, es fácil, pero es más fácil no ir.

Y si no hay unos indicadores claros que me digan si estoy en el camino, o si hace tiempo que me he desviado, lo más probable es que me haya perdido, que esté dando vueltas, extraviado, divagando y buscando excusas que justifiquen mi abandono, absurdidades mentales que me adormezcan, pero que me hagan sentir bien.

Así que es muy sencillo, o estoy en el camino o estoy perdido, no hay más. Y hay tanta gente perdida…

Bueno, pues llegados hasta aquí, te lanzo una pregunta: ¿Qué pasaría si, poco a poco, comienzas a escribir tus sueños, a creértelos un poco, a ir trazando planes, a actuar, poco o mucho, pero a actuar, a ir midiendo y corrigiendo?

¿No crees que, en alguna medida, eso te haría crecer, superar en algo o en mucho tus límites actuales? Por cierto, ¿cuáles son tus límites?, ¿quién te los ha puesto?, ¿a qué altura está tu techo de cristal? Y si no, dime, ¿tienes un plan mejor?

Si lo tienes o no, puedes dejar aquí tus comentarios, escribir lo que te parezca o expresar tu opinión.

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Fermín Lorente

Fermín Lorente

Experto en mejorar RESULTADOS EMPRESARIALES. Formador en organización empresarial y en liderazgo. Fundador de New Deal.

4 comentarios en “Crecer sin límites – Parte 2”

    1. Hola Seguidora,

      Gracias por tu interés y por seguirme, espero que te sea de utilidad mi experiencia.
      No se lo digas a nadie pero sí que he publicado hoy. Lo he hecho desde mi «otra nueva web» pero solo llega a sus propios suscriptores.
      Puedes suscribirte si lo deseas (podrás darte de baja con un solo clic) esta es la web gtmsystem.net
      La verdad es que estoy muy activo, ya están preparados los post de ambas webs para las próximas semanas, que tampoco estaré de vacaciones, pero sí a otro ritmo.

      Gracias por motivarme a publicar.
      Un cordial saludo.

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