Los seres humanos hemos necesitado héroes desde siempre. Todas las civilizaciones que han podido transmitir noticias o historias sobre héroes, bien sea en escritos, bajorrelieves o por cualquier otro medio, lo han hecho.

Es más, si de algo dan testimonio esos escritos, pinturas o grabados en piedra, es precisamente sobre gestas, conquistas, batallas, o viajes. En definitiva, realizaciones o acontecimientos muy por encima de lo común o habitual, cosas importantes que debían fijarse y transmitirse a generaciones venideras para que nadie olvidase nunca.

Los egipcios, una de las más antiguas civilizaciones, dejaron multitud de pinturas en tumbas y templos, esculturas gigantescas, o bajorrelieves, por no hablar de las pirámides, todos ellos son testimonio gráfico de heroicidades.

Griegos, persas, o romanos, entre otros, documentaron profusa y detalladamente no solo su expansión y sus conquistas de emperadores y generales, sino que dejaron vestigios de muchos tipos de otro tipo de héroes: artistas, médicos, escritores, o aventureros, como Homero en La Ilíada y en la Odisea.

Hablando de los griegos, cabe mencionar su estructura de dioses y semidioses, ya que categorizaban a éstos llegando a nombrar a los héroes y a los semi-héroes, personajes que, por sus cualidades, estaban por encima de los humanos, pero no alcanzaban la categoría de deidades.

Es curioso ¿no?, por alguna razón hemos tenido una necesidad continua y permanente de héroes, necesitamos héroes.

Si buscamos en Wikipedia la definición de héroe (o heroína, no es nada exclusivo de un género), encontramos las siguientes definiciones:

1. Persona que se distingue por haber realizado una hazaña extraordinaria, especialmente si requiere mucho valor.
2. Personaje principal en una obra literaria o cinematográfica, especialmente el que produce admiración por sus buenas cualidades.

En resumen, son seres admirados, y se les admira por sus cualidades, aquellas cosas que les adornan y que les hacen, de algún modo, especiales.

Existen cualidades de todo tipo: fuerza extraordinaria, como Sansón, habilidad para las matemáticas, para la medicina, la pintura, escultura, escritura, o el arte dela guerra. Es decir, son personas que tienen unas habilidades físicas, o mentales fuera de lo común.

También están aquellos que, sin poseer habilidad alguna que les hiciera extraordinarios o especiales, se destacaron por la prestación de un servicio valioso.

Unos dieron la vida por otros, o por su país. Entra si te apetece en la web y busca el cementerio de Arlington, el más grande de todos los cementerios militares mundiales. Las listas de héroes son interminables.

Otros prestaron un servicio desinteresado y continuado a los demás. Como ejemplo, la madre Teresa de Calcuta o el misionero Vicente Ferrer, por destacar a dos de entre millares.

Y ahora la pregunta: ¿Qué tendrán los héroes para provocan tal necesidad y admiración?

Pues en mi opinión, los seres humanos necesitamos de otros seres que nos inspiren, gente ordinaria o extraordinaria que hayan realizado actos con los que nuestros valores más íntimos y personales se conectan y, al hacerlo, nos ensalzan y retan a la vez. Nos vemos y sentimos inspirados, llenos de poder y con ganas de realizar las mismas gestas que ellos, de ganar altura. Tal es la auténtica esencia y naturaleza humana cuando está libre de todo tipo de miedos.

Los seres humanos necesitamos soñar, trascender nuestra mediocridad, brillar al sol, tener nuestro lugar, ser vistos, queridos y reconocidos. Esta es la mayor de todas las necesidades humanas.

Por eso siempre han existido y existirán los héroes, son absolutamente necesarios para nosotros, ¿estás de acuerdo?

Si quieres un ejemplo, lee el anuncio de abajo. Algo similar se publicó en el Times en 1907 para buscar tripulantes para la conquista del Polo Sur.

Respondieron más de 5.000 personas. ¿Puedes creerlo? ¡5.000 personas!

No puede entenderse bajo el prisma de la lógica, sufrir durante largo tiempo toda serie de calamidades, con altas probabilidades de morir, a cambio de «honor y reconocimiento».

¿Qué impulsaría a 5.000 personas a correr semejantes riesgos? Es evidente que veían cosas que no veían los demás. Es evidente que su foco no estaba en los obstáculos a los que se iban a enfrentar, sino en el éxito de la misión, en el logro del objetivo.

Tal vez, simplemente, eso diera significado, sentido o propósito a su vida, quién sabe.

Al parecer todos necesitamos ir un poco más allá de lo que hemos ido, lo que ocurre es que no todos nos atrevemos. Tenemos un montón de «buenas razones» para no arriesgar, pero no podemos evitar tener sueños.

Así que, si no tienes un sueño definido, si te da miedo o pereza ponerte a pensar en lo que quieres, puedes continuar con la vida que llevas, pero también puedes cambiarla, no eres un árbol.

Ya sabes, sentarte a esperar que las cosas ocurran, o hacer tú que ocurran las cosas, ¡Tú eliges!

¿Tienes algo que contar? ¿conoces a algún héroe o heroína? ¿algo que comentar sobre esto? Escribe abajo algo si te apetece.